sábado, 9 de enero de 2010

. Hoy por hoy

.


Me duele tu discurso que ya no practicas.
Me dueles en todos los espacios de mi vida, porque quedaste allí, inevitablemente.
Me dueles por cada pedacito de mi cuerpo, pero de forma intermitente, punzante.
Me dueles por lo poco que te importo ahora, después de todo, todo.


Pero voy sonriendo, extrañamente, porque se que no eras para mi. Tomé conciencia de que no eres para mi y ahora sufro una cuota mínima por eso. Y me recompongo facilmente. Creo que de tanto hacerlo cada vez cuesta menos. Cuesta cada vez menos y solo en ciertos fragmentos del día estás presente.

El resto, es bonito porque descubrí tantas cosas.

Y por último, ahora puedo disfrutar de una fiesta sin pensar en nada más que pasarlo bien.

.

1 comentario:

Morgan Quid dijo...

es bueno sentirse así pero es un estado de esos medios traicioneros, porque uno se confía de su estado y las cosas nunca están tan bien tan ronto, no tan pronto. Por eso tienes que estar bien pero... no te confíes. No aún por precaución. Hay que ser cautelosos. En esto al menos,