jueves, 24 de marzo de 2011

. Despierta

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Hoy pensé que ibas a hablarme, o a hacer algo, ocuparte. No fue así y en verdad solo me quedé pensando en eso, sin ningún sentimiento muy intenso rondandome, simplemente dandole vueltas. Entonces ahora pienso y escribo: si me quieres hablar, hablame; si me quieres decir algo, dilo; si quieres pedir perdón; hazlo. Si quieres arreglar las cosas, porque la conciencia y el karma no te dejan ser feliz, pues hagamoslo, arreglemos las cosas.

Mal que mal, a estar alturas, yo entendí que te perdoné hace un tiempo ya. No tenemos nada entre nosotros, más que tu orgullo.


La verdad, está todo bien como quieras, pero las cosas dejemoslas en extremos, y no intentos pobres que no acaban en nada. Eso puedes guardartelo para cualquier otra persona.


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