. Esta vez

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Vamos al ritmo de estos encantos. Tu para mi sin percibirlo y yo jugueteando en estas circunstancias malditas. Se me vienen los espamos, de rabia, de amor, de esperanza, de añoranza. Y me quedo con la soledad, me regodeo en ella mientras me observas caer. Y tu sin enterarte realmente, tu en el supuesto desconocimiento, tras el muro de dolor que montaste contra mi.

Ahora lo que más marca es como siempre, el no ser suficiente, el no valer la pena para arriesgarse, para que saltes como yo salto día a día. Porque te quedas sin avanzar. Me dejas con la mano extendida hacia ti, casi en súplica.

Estoy tan lleno de marcas, tan cicatrizado, tan trizado, tan quebrantandome siempre. Podrías quererme así, de esta forma, insegura como tu?. Mirame bien y di algo, di algo porfavor, para no perder mi tiempo, para no seguir intentandolo aquí. Dime alguna certeza y juro que me marcho o me quedo.


Las cosas más absolutas, ahora, porfavor.


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. Sin dormirme hasta el amanecer

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Lo que ocurre, en escencia, es que soy demasiado intenso en esto de sentir.
Lo que me ocurre además, y quizás lo peor de todo (¿o lo mejor?), es que no dejaré de sentir las cosas como las siento. Porque aunque me cale hasta lo más profundo, me destruya de tantas formas distintas y me vapulee una y otra vez, el hecho de sentir intensamente me hace ser como soy. Si, no perfecto, quizás un poco triste, demasiado apasionado, pero yo al fin y al cabo.

Y si en algún momento llega la felicidad, llegará para mi mucho más intensa, mucho más merecida y esperada. Porque la espero, desde siempre la espero. Desde siempre te espero.



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. La vida actual .

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Entre ascenso y descenso mi vida va y viene.
Entre ascenso y caída me voy acotumbrando
a lo constante e inconstante.

Porque solemos ser más humanos de lo que debemos
y nos matamos una y otra vez
con besos furtivos y un corre que te pillo cargado de inocencia.





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