domingo, 13 de junio de 2010

902

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Eramos nada y dormías en mi pecho.
Eramos nada y jugaba con tu pelo.
Eramos nada y te abrazaba como si se me fuese la vida.

Somos nada, y lo parecíamos todo.
Acostados, viendo una película un sábado por la noche, en tu cama estilo europeo.

Eres veneno y me acerco porque soy suicida.
Porque en ese instante, lo parecíamos todo y era la escena perfecta de la película que nosotros mismos protagonizamos.


Matamos la inocencia y me diste veneno. Erramos en un encaje casi perfecto.
Los bombones con licor acabaron desparramados en el suelo, y entre el sueño y el deseo, la respiración se vuelve circunstancial.

Todo por un impulso, por salir de la racionalidad, por ser un poco distinto. Todo nos llevó hasta ese momento de tranquilidad.



Y podíamos morir, sin notarlo siquiera.


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viernes, 11 de junio de 2010

. Los años me venden

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Así pasan los años que se venden. Se venden a esta vida ulcérica, tormentosa. Así pasan los años y me venden al suplicio de esperar siempre una felicidad.

Y entonces vendo los años, vendo los días y cada minuto de cada hora, a mi angustia y al devenir de esta situación irremediable.




Me humillé y creo que no aprendo. Creo que lo volvería a hacer.

Qué hago yo con eso?


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